Saliendo de Lotus

WTC Montevideo, Pocitos, Uruguay

Saliendo de Lotus, me encontré a un hombre cuyo hogar son las calles.

Me preguntó por qué me iba solo, y le dije que tocaba volver a casa, a ver si cambiamos algo en este mundo.

Puso cara de sorprendido, me preguntó qué es lo que hago, y le dije que soy escritor.

Mientras hablábamos, el hombre caminó a la par conmigo, y como su paso era agradable y relajado, conversé con él de esta misma manera.

Pocos instantes dentro del diálogo, me ví explicándole qué es precisamente eso que escribo, para lo que usé mi trabajo en Cireneos como ejemplo.

Le dije que si algún día nos sentábamos a charlar, y él me compartía su historia, yo podía escribirle un artículo semi biográfico, mientras que conecto con el lector desde una perspectiva de narrador.

Pero “algún día” era improbable, y las mejores conversaciones suelen darse de pie.

Al parecer este hombre, padre de tres varones, es un adicto a la pasta base.

La pasta base - droga que en Uruguay va mano en mano con la falta de vivienda - aprendí esa noche que está compuesta por los peores residuos de la cocaína.

Y sin vergüenza alguna, este amigo profesó “obviamente me dejó, esa mierda mata cualquier relación”, cuando pregunté por la madre de sus niños.

Sumándole a esto un balazo en la rodilla, solo para robarle la moto, y nos encontramos frente a un predicamento capaz de hundir a cualquier mortal.

Sin embargo, parecería que el simpático vagabundo está sobrio hace 4 meses, intentando despejar su sistema para ver si logra reintegrarse.

No quise saber su nombre, y se lo hice saber. Le dije que la vida me ha mostrado que su caso no es único.

A pesar de llevar la luz de Dios, se ven nadando desnudos contra fieras mareas, acarreando con ustedes la ingenua ilusión de una isla de riquezas que aparecerá para salvarlos.

Decenas he conocido, billones debe haber…

Reconociendo que era hora de irme, hice una última pregunta:

“¿Qué es lo que más te gustaría que suceda a partir de un encuentro como este?”

Su respuesta abstracta resume mi misión…

“Dios habla a través tuyo, y todo pasa por algo.”

Te lo juro, sabio de las calles, que recordaré nuestro encuentro.

Lo juro por Él, no me voy a rendir.

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